Taurodromo

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miércoles, 9 de octubre de 2013

Las progenitoras de la casta y la bravura.

Las vacas de vientre ocupan en las ganaderías un puesto privilegiado, aún mas si cabe, que el resto de habitantes de la Dehesa Brava.


Tal posicionamiento les permite llegar a una longeva edad, como en este caso se puede apreciar en las fotografías, de vacas aun con mas de once años de vida, en plena época de parición.

Por norma general su edad límite para tener descendencia suele rondar los quince a diecisiete años,
solo en casos excepcionales pueden llegar hasta pasados los dieciocho años de vida, aunque también puede darse la circunstancia de que sea sacrificada en caso de que en varias ocasiones quede "vacía" de descendencia.

Una pequeña muestra del esmero y mimo, con el que se crían estos animales de casta brava, que gozarán hasta el último día de sus vidas, la compañía cada año de sus alegres becerros y el semental, cada temporada de paridera y cubrición.



Las vacas bravas viven en un estado matriarcal, siendo la vaca de mayor edad o corpulencia la que lidere el grupo, excepto cuando se agrega al lote un semental, quedando disuelta toda jerarquía quedando encabezada por el macho.