Taurodromo

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miércoles, 9 de mayo de 2012

Labor casi muda en el campo bravo, El Cabestro

Digo casi muda,  porque solo se les conoce por el inconfundible soniquete del cencerro acariciándole la badana.


Se les llama cabestros, mansos, bueyes, todos ellos confluyen en darle nombre a los "guias" del toro bravo. Suelen colocarle un cencerro o campano, para que los hagan sonar a su paso.
Estos animales son amaestrados y enseñados, para hacer la función para la que se les mantiene hasta su longevidad en la ganadería. 


Si bien como se ve en esta foto situada en la parte superior de estas lineas, también se les puede ver en la dehesa sin el cencerro, muestra inequívoca de que están de descanso y durante este tiempo se les deja en un cerrado tranquilo de sus quehaceres habituales.



Hay dos cabestros que ocupan los costados del caballo que monta el vaquero a modo de "escoltas" a estos animales se les llama CABESTROS DE ESTRIBO.
Uno se sitúa a la cabeza de la tropa y es el encargado de abrir camino, otros arropan la tropa de toros por el exterior del grupo, acabando por los CABESTROS ESCOBA, que como su nombre indica hacen el cierre y evitan el desmando de las reses bravas.




Son castrados y normalmente cada uno de ellos tiene un lugar que ocupa con  rigurosidad cuando se mueve la tropa de ganado ya sean toros,vacas o becerros.


 Su función en la dehesa hoy en día es muy necesaria, muchísimo mas lo era en la antigüedad, cuando se hacían los traslados de ganado bravo llegando incluso a tardar a pié DOS MESES en llegar por cañadas y veredas desde la baja Andalucía, hasta el norte de España.
También son empleados hoy día en fiestas y romerías sirviendo de animales de "tiro" y tracción como pueden verse en la Romería de la Virgen del Rocío, en Huelva.

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