La BATALLA

Después de las advertencias, comienza el acoso

Le planta cara

Todos contra uno

A veces a cuerpo limpio se intenta separar la pelea  para evitar así males mayores. 

El desenlace.

El injusto vencedor.

Delante de mis ojos y por tanto del objetivo de mi cámara, se caldea el ambiente hasta que oigo el seco sonido de las astas en el primer encontronazo, a este le sigue un pelotón de toros enfurecidos súbitamente hasta el punto de "emparedar" al toro y servirle una buena ración de golpes y cornadas que si bien no desgarraron su piel,con toda certeza le tuvo que ocasionar algún daño interior.
Si rápidamente se formó el revuelo de la batalla, mas rápida aún fue la reacción del vaquero en saltar presto la cerca y a cuerpo limpio, separar la trifurca que se había formado.
Estupefacto nos quedamos los allí presentes cuando este hombre se decide a abrir la cancela de la cerca para auxiliar a este pobre animal, que con saña perseguían y acosaban los demás del grupo.
El animal abrumado tomó el portillo rápidamente y parecía agradecer al vaquero su gesto salvador.
Con una simple piedra se tiene la habilidad en el campo de separar el ganado y evitar un final muy distinto al que presencié.
El toro caminaba cabizbajo y el vaquero cerró nuevamente el portillo quedando saldada la cuenta entre estos utreros.
Sinceramente este hombre me dejó perplejo, por la manera que se jugó literalmente la vida y por el acto evitó a ciencia cierta un final trágico. A veces el campo bravo tiene estos sinsabores.
 Mi admiración a este hombre por su valentía, entrega y sobretodo VALOR, Manuel Flor.

El Vencido