Digo esto por que la Comunidad Económica impone las normas sanitarias a todos el ganado bobino, indistintamente de que sea de sangre brava o mansa.
Varias han sido ya las ganadería avocadas a su exterminio por las dichosas leyes impuestas desde la CE, sin que hayan sido posible conservar material genético antes de su sacrificio y tristemente las que aun quedan por llegar.
Todos los animales bravos al ser ganado de producción extensiva (pocas cabezas frente a inmensa superficie), son mas propensos a contagiarse por ejemplo de la "brucelosis" u otras enfermedades que principalmente portan los ciervos y otros animales salvajes que viven en sierras colindantes a la dehesa.
No quiero decir con esto que vivan sin sanearse debidamente, pero es un escoyo, el vacunar a estos animales teniendo en cuenta el complicado de su manejo y sin olvidarnos que hay ganaderías que cuentan sus cabezas por miles, lo que si debería de tener mayor comprensión con determinadas "especies" como por ejemplo la que nos ocupa como es el ganado bravo.
En la finca del Grullo, epicentro de la ganadería de Nuñez del Cuvillo, a los erales que nacieron en dos mil doce, se desparasitan y vacunan además de supervisar con ainco los ojos de estos erales pues una mosca le produce un velo blanco que si no se acude a tiempo puede dejar tuerto al animal.
En cambio las hembras se les hace una pequeña calva en el pelaje y son inyectadas, siendo necesario volver a introducirlas en las mangas días después, para comprobar si donde se le inyectó se produjo reacción alguna, siendo en caso afirmativo desechada.
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